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Un anfitrión de peso |
Lobos marinos en costas uruguayas
Y aquellas presencias me hicieron acordar de uno de los sitios más atractivos de la zona como es la Isla de Lobos, hoy devenida en reserva natural de lobos marinos. Lo que sigue, es un extracto de una nota que se publicó hace años en la revista Uruguay Natural y que refiere a estos particulares miembros de la fauna marina oriental...
*Publicado en Uruguay Natural- por Jeannette Ferraro
Situada
a seis millas náuticas de Punta del
Este, constituye la reserva más grande de lobos marinos de estas latitudes y
una de las mayores del mundo. Para conocer un poco más acerca de estos
mamíferos, y algo de la reglamentación vigente que protege esta zona y a sus
naturales habitantes, es que entrevistamos a los técnicos de INAPE Lic. Alberto
Ponce de León y Br. Julio César Barreiro .
Un poco de información
Entre diversos cometidos el Instituto Nacional de Pesca (INAPE), desde el año 1991, tiene la responsabilidad de velar por la conservación, preservación y el manejo no solo de los pinnípedos (león marino, focas y lobos marinos), sino también del resto de los mamíferos marinos que pueblan nuestro mar territorial. Con una superficie de 43 hectáreas, un contorno rocoso, (salvo dos o tres pequeñas playas de arena, grava y conchillas), esta isla se destaca por la presencia de dos personajes preponderantes que son el león marino o lobo común, que tiene una población aproximada en la isla de unos seis a ocho mil ejemplares; y el lobo fino o lobo de dos pelos, con una población de unos ciento sesenta mil ejemplares aproximadamente. Por supuesto que no todos estos ejemplares están presentes a un mismo tiempo en la isla, ellos tienen un ciclo biológico determinado por el cual su presencia es fluctuante. Hay épocas del año en que determinados ejemplares no permanecen en la isla propiamente dicha, como es el caso en este tiempo de los cachorros de aproximadamente un año, que están todos en el agua o en el entorno de la isla nadando y procurándose alimento.
Estos seres son gregarios, es decir que forman colonias de muchos individuos, y son además poligámicos, por lo que un mismo macho es capaz de copular con dos o más hembras durante la estación reproductora. La gestación es de casi once meses y medio, naciendo un solo cachorro por madre. La lactancia es muy larga abarcando casi todo el primer año de vida, tiempo durante el cual solo recibe ese alimento que es muy rico en grasa y proteínas. La estación reproductora para el lobo fino, es durante noviembre y diciembre, y para el león marino, es durante enero y parte de febrero. Primero vienen los machos establecen territorio y luego llegan las hembras las que paren el cachorro engendrado en el período anterior y a los dos o tres días del suceso, ya están receptivas para tener los encuentros con los machos comenzando el ciclo nuevamente.
Toda la población de esta particular fauna marina autóctona se reparte por el cinturón isleño de Lobos, (con sus islotes aledaños), así como también en las islas que están frente a Cabo Polonio y en la Isla del Marco que está frente a la barra de Balizas. Los machos de león marino pesan hasta 350 Kg y los de lobo fino, hasta 180 Kg., es decir que son animales que encontrados en el agua y debajo de ella en una inmersión, impresionan por su tamaño. El león marino tiene un régimen alimentario basado en pescadilla, corvina, brótola y pequeños tiburones; la del lobo fino, está constituida por anchoitas, calamar, calamaretes, camarón, etc. Esto explica el porqué muchas veces se los ve alejados de la isla, buscando alimentos en las redes de los pescadores artesanales, llevando a la ancestral puja entre el hombre y el león marino, (no así el lobo fino, cuyo alimento lo procura en alta mar y no compite con los pescadores).
En lo atinente a la reglamentación vigente respecto
del buceo, el INAPE ha recomendado o sugerido, que no se realice ninguna clase
de actividad subacuática a través de la isla, es decir que la misma no sirva de
trampolín para dichas actividades. Esto queda a criterio de cada uno con las
salvedades y requisitos que por su parte imponga Prefectura a quienes realizan
estas prácticas deportivas (en lo que a seguridad se refiere, brevets, etc.).
INAPE simplemente pide que no se bucee desde la isla, y se aconseja que no se
aproximen más allá del entorno perimetral de los 150 metros medidos a partir de
la línea media de marea. La idea es que quien realice estas actividades no
perturbe el entorno natural de la isla, pues existen lugares donde hay
amamantamientos, o apareos, y cualquier alteración originada por presencia
humana podría provocar una espantada con consecuencias sobre el equilibrio
ecológico que se quiere preservar.
UN: ¿Existe peligro de bucear entre estos animales?
APL: Ambas especies tienen vida
anfibia, es decir que parte de su vida es en tierra y parte en el agua; ahora
bien, el comportamiento de ambas es diferente en uno u otro medio, mientras en
tierra se comportan en forma agresiva frente a la presencia humana, en un
primer intento buscarán llegar al agua, y si en su camino nos encuentra, nos
arriesgamos a ser atacados. Sin embargo el comportamiento en el agua es otro
completamente distinto, se muestran curiosos y podríamos decir que en un 90 y
pico % son inofensivos, aunque no se puede generalizar pues puede ocurrir que
en algún caso la conducta se vuelva agresiva, pero es una actitud por demás
atípica en ese medio.
JCB: Es importante, ante un momento de inseguridad por parte del
buceador, no utilizar ningún tipo de arma y no intentar ninguna defensa más
allá de protegernos con nuestros brazos extendidos, pues lo más seguro es que
no ocurra nada más que un simple acercamiento por curiosidad del animal hacia
nosotros. Lo más recomendable es entonces conservar la calma y dejar que nos
exploren y satisfagan su curiosidad. Y por sobre todo no acercarse a la costa,
pues en ese caso lo que ocurrirá será que los lobos que allí estén se arrojarán
al agua y se tirarán encima nuestro, provocando una perturbación en el grupo y
arriesgándonos a sufrir alguna mordedura,... lo que debemos hacer en esos casos
es volver al barco y nunca a la isla.
UN: ¿Son trasmisores de algún tipo de enfermedad?
APL: La mordedura de estos
animales es muy dolorosa por lo incisivo de sus colmillos, ya que cuentan con
cuatro caninos muy desarrollados, que si se prenden bien pueden provocar
desgarro muscular y ni hablar si rozan una zona arterial o venosa. No se conoce
que sean transmisores de enfermedades, más allá de una posible infección
provocada por la mordedura.
UN: ¿En qué medida los altera el hecho de ir a
bucear a la isla?
APL: Tomando las precauciones que mencionamos, no hay
alteraciones de significancia, lo que sí se solicita es que al arribo a la isla,
las embarcaciones fondeen, y apaguen máquinas; no podemos permitir actividades
de Jet Sky o similares, pues alteraría su habitual calma.
UN: ¿Hay alguna reglamentación que regule los
accesos y actividades a desarrollar en el entorno de Isla de Lobos?
APL: INAPE y el Servicio de Balizamiento e Iluminación
de la Armada (SERBA), son los únicos representantes oficiales gubernamentales,
que allí tienen destacados personal para, cuidar que se cumplan las normas que
imponen las restricciones de acceso a la isla, los primeros, y los segundos, encargarse del funcionamiento
y mantenimiento del faro. Está prohibido fondear sin autorización en el entorno
de los 150 metros referidos, y mucho menos desembarcar; solamente en carácter experimental y
transitorio, está autorizado el grupo del
Club de Leones de Maldonado y Punta del Este, a organizar viajes y
excursiones a la isla en una frecuencia única y diaria, de no más de 20 o 25
personas, con visitas guiadas y controladas, y por un pequeño circuito bien
delimitado.
Isla de Lobos integra desde fines de 1996, un parque
nacional de islas costeras, conformado por: Isla de Lobos, Islote de Lobos,
Isla Rasa, Isla Encantada, y el islote que forman el grupo de Isla de Torres
(frente a Cabo Polonio), y la Isla del Marco, que se encuentra próximo a la
desembocadura del arroyo Balizas en el Océano Atlántico, departamento de Rocha.
También integran este parque nacional el
Islote de Coronilla y la Isla Verde de Coronilla, donde también se asientan
lobos, y la Isla de Flores. Hay un grupo de trabajo integrado por el Ministerio
de Ganadería, Agricultura y Pesca, representado por el Programa Recursos
Naturales Renovables, y el INAPE; también lo integra el Ministerio de Defensa
(con representantes de la Prefectura y otras áreas), el Ministerio de Turismo,
y participación del Club de Leones de Maldonado y Punta del Este. Este grupo de
trabajo realizó estudios acerca de la factibilidad de visitar estas islas y
llegó a la conclusión que la Isla de Flores y la Isla de Lobos son las únicas
visitables por contar con personal destacado y asentado en ellas.
UN:¿ Porqué no se faenan más lobos marinos?
APL: La faena de lobos se cortó en el año 1991, cuando
aún existía la Industria Lobera y Pesquera del Estado (ILPE); a partir de 1992
no es que se haya prohibido la faena de lobos...la misma ley de empresas
públicas del año 91, que suprime a la ILPE
como servicio descentralizado, afecta
las loberías y su manejo al INAPE, dándole, por esa misma ley, el
monopolio de realizar faena de lobos en todas las islas y en todas aquellas
áreas en que entienda oportuno efectuar ese aprovechamiento, ya sea desde el
punto de vista comercial o científico. Es decir que del 92 al presente se han
suspendido transitoriamente las zafras de lobos marinos.
Los anillos de la muerte...
UN: ¿En qué medida ha incidido el hombre en la población de lobos y leones marinos?
APL: Indudablemente que el hombre altera en cierta medida
el equilibrio ecológico y con ello afecta a la fauna y flora de su entorno, y
la Isla de Lobos no fue ajena a ello. Sin ir muy atrás en el tiempo, se podrá
recordar el derrame del petrolero San Jorge, que llegó hasta la isla,
originando una alteración importante que llevó a que grupos de rescate
emprendieran prontamente la recuperación del entorno, en procura de devolver a
los lobos su hábitat natural, que había sido seriamente alterado. En esa
oportunidad se enviaron a tierra a 41 cachorros a tres ONGs para su
recuperación, de los cuales sobrevivieron solo tres. En la isla, afectada por
el derrame en gran medida, se estima que habían unos 16 a 18 mil cachorros de
lobos finos, de los cuales murieron unos 7500 aproximadamente (se contaron 4750
cachorros muertos pero muchos se perdieron en el mar). Se trabajó con mucho
esfuerzo en las áreas afectadas de Isla de Lobos hasta llegar a la recuperación
final del hábitat dañado, y a tres años del suceso - 1997 - hoy nacen allí
cachorros y vienen hembras y machos a copular, lo cual llena de orgullo a
quienes participamos de la limpieza y recuperación del lugar. Pero no solo
estos desastres afectan a estos mamíferos, es común apreciar, lamentablemente
cada vez en mayor número, como los animales que en procura de alimentos la
emprenden contra las artes de pesca de los pescadores artesanales, muchas veces quedan atrapados en las redes,
sin poder salir a superficie y mueren asfixiados. O en otros casos se
encuentran con pedazos de estas redes que se les enredan en sus cuellos y aún
cuando pueden salir a superficie, llevan consigo ese collar que a medida que el
animal va creciendo, irá constriñéndolo al punto de dificultarle para su
alimentación al momento de tragar, le provocará ulceraciones de entidad que
serán puerta de entrada a infecciones y desencadenará muchas veces la muerte
del ejemplar, en una especie de anillo letal...
La historia de Papo (en imágenes)
Antes de terminar esta nota, hay otra imagen en mi memoria que pide para salir y es la liberación de Papo, un ejemplar de elefante marino que llegó a costas uruguayas y fue rescatado por Richard Tesore, de SOS Rescates de Fauna Marina de Punta Colorada.
En el año 1999, la ONG recibe un llamado de vecinos de Las Mesitas que daban cuenta de un ejemplar de elefante marino varado en la costa que requería de rescate. Hasta allí fue Tesore con su equipo de voluntarios para el rescate de un ejemplar de un año aproximadamente de edad y unos 150 kg de peso que tenía dificultad para respirar. Una vez estabilizado fue internado en las instalaciones de la ONG y tras un período de recuperación se procedió a su liberación en un operativo que contó con la participación del Grupo de Buceo de la Armada y nuestra presencia como invitados especiales. Una ocasión que nos permitió ser una de las últimas personas que despidió a Papo cuando se abrió la jaula que fuera sumergida por una grúa desde el balizador SIRIUS de la Armada Nacional.
Todavía tengo nítida aquella portentosa imagen de Papo, quien tras encontrarse en aguas oceánicas y con la jaula abierta, tuvo un instante para voltear su tremenda cabeza para mirarme a modo de despedida.
Hoy, ante la presencia magestuosa de un ejemplar de lobo marino de gran porte en el puerto de Punta del Este, no pude menos que recordar a Papo y aquella especie de despedida que me brindara.
Verlos libres es una maravilla, pero verlos libres e interactuando en perfecta armonía con el ser humano es toda una señal que deberíamos respetar siempre...
Punta del Este, agosto de 2023
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