Una experiencia inolvidable
Sin lugar a ninguna duda que participar de una instancia académica del nivel de un Congreso Iberoamericano es una oportunidad que no se puede desaprovechar. Mucho menos si esta actividad cuenta con el respaldo de instituciones del nivel de las Universidades y Fundaciones que tuvieron la responsabilidad en esta ocasión. Ser parte de un panel de expertos internacionales del nivel de los participantes y expositores, implica un honor para quien escribe, y más cuando estamos en un país que no es el nuestro y nos toca representar de la mejor manera posible a nuestro Uruguay.
Particularmente, no desperdicio oportunidad para intentar crecer como persona y aportar mi humilde experiencia en procura de enriquecer el intercambio. Mucho más si del mismo logramos mejorar la calidad de vida de las personas que padecen alguna discapacidad.
Durante todo mi desempeño profesional he procurado acumular conocimientos que pudieran traducirse en más y mejor inclusión de las personas con discapacidad.
Toda mi vida practiqué deportes y me especialicé en la Educación Física, tratando de orientar mi vocación de manera de que la práctica de deportes pudiera ser para todos sin otra limitación que la voluntad de cada deportista. Porque siempre inspiré en mis alumnos la inquebrantable voluntad del "Sí, puedo!".
Mis padres me enseñaron a amar la naturaleza y muy especialmente, al mar. Fue el agua el elemento que más me atrapó al punto que siendo muy jovencita me armé de coraje y me fui al exterior para aprender a bucear y terminar de adquirir una certificación PADI que me permitió acceder al maravilloso mundo submarino.
Con la experiencia que fui acumulando, desembarqué un día en Brasil para especializarme en el Buceo Adaptado, de manera de poder sintetizar en una misma disciplina las dos pasiones deportivas: el buceo y el trabajo con personas con discapacidad. .
Fue precisamente en esa ocasión, que pude condensar en una misma actividad, la posibilidad de abrir un mundo desconocido a personas que nunca hubieran pensado poder acceder a un medio que les devolviera gran parte de las capacidades y sensibilidades perdidas.
Con un público del nivel que me tocó, solo podía acumular nervios y temor de no estar a la altura de semejante auditorio. Sin embargo, solo puedo expresar que tuve la atención más respetuosa que se podía esperar y unas devoluciones que jamás hubiera imaginado.
Seguramente existió - al menos así lo sentí - una conexión que me permitió transmitir realmente lo que me significaron todas y cada una de las sesiones que mantuve con mis alumnos, esos de los que todavía conservo su amistad y reconocimiento por la experiencia vivida.
Como volviendo a clases
El "XIV Congreso Iberoamericano de inclusión educativa con tecnologías emergentes" fue todo un desafío que -además- me permitió volver a mis épocas de estudiante con la diferencia que esta vez yo estaba al frente de la clase hablando sobre mis experiencias vividas. Y con la singularidad de estar haciéndolo ante un auditorio que compartía similares expectativas y con el que tuvimos un rico intercambio académico.
En medio de mi exposición pude relatar mis experiencias formativas como instructora de Buceo Adaptado, una instrucción que me llevó a explorar por las diferentes discapacidades que me fueron impuestas como parte del curso. En efecto, tuve que pasar por los diferentes niveles simulando una paraplejia, una tetraplegia y hasta bucear a ciegas. Todas experiencias que nos ponían en el lugar de ese alumno que alguna vez tendríamos que asistir y al que debíamos conocer al detalle sus limitaciones para hacerlo de manera eficaz y segura.
Esa sola experiencia significó un antes y un después en el curso, porque me permitió ponerme en el lugar del otro, ese significativo diferencial que nos permite entender y aprender a brindar la mejor asistencia como instructor y como persona.
Particularmente relaté que en aquella experiencia la ceguera me produjo un efecto superior de inseguridad porque no podía saber a qué profundidad buceaba. Allí entendí perfectamente la altísima responsabilidad que implicaba convertirme en instructora de quien dependería absolutamente de mi para poder practicar el buceo con seguridad y confianza.
El congreso culminó colmando todas mis expectativas y -a estar por las devoluciones que tuve en mi exposición- creo que también colmé las de los que me escucharon. No solo me traje un diploma sino lo más importante de todo, me traje un caudal de conocimientos que espero contribuyan a mejorarle la vida a alguien que, portando alguna discapacidad, encuentre en el buceo adaptado una experiencia maravillosa que le devuelva la alegría de vivir la vida...
Jeannette Ferraro
Buenos Aires, Argentina
Noviembre de 2022
No hay comentarios:
Publicar un comentario